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Cultivo de guisantes

GUISANTES
La siembra
Si has decidido cultivar guisantes en tu huerto en casa y disfrutar de ese sabor inigualable de una cosecha casera y ecológica, debes saber las condiciones óptimas que necesitan los guisantes para desarrollarse correctamente.
¿Cuándo sembrar guisantes? Los guisantes es un cultivo invierno-primavera, pero también es posible sembrar en otoño o bien durante enero y febrero. Los guisantes toleran bien las bajas temperaturas del invierno, más aún: incluso soporta las heladas y es un cultivo que se adapta a las necesidades de cada zona (aunque en temperaturas menores a 5º – 7º C su crecimiento se detiene). La temperatura óptima para su desarrollo es entre los 16º y los 20º C (mín. 6º y 10º C y máx. 35º C)
Siembra según variedades:
  • Guisantes redondeados: siembra en otoño o finales del invierno
  • Guisantes rugosos: siembra a partir de la primavera.
A la hora de sembrar guisantes debes preparar la tierra. Lo ideal son los suelos ligeros de textura silíceo-limosa, con un nivel de pH de entre 6 y 6.5 y con una salinidad intermedia. Un buen consejo a la hora de cuidar la tierra es mantenerla aireada y suelta, evitando que esté demasiado húmeda y pesada para evitar que las semillas se pudran.
Las plantas deben disponerse en surcos de 15 cm. de ancho o en cuadros para luego entutorar las parcelas con cañas y así guiar a las plantas. Las semillas deben plantarse a una profundidad de 4-5 cm. y a una distancia de 5 cm- entre una y otra.
Ficha de cultivos: Guisantes l EcoHortum
El riego
Un consejo al cultivar guisantes: humedad de la tierra. Recuerda que el estado de la tierra es esencial para el buen crecimiento de los guisantes. Un suelo sin exceso de humedad le sentará de maravillas a este cultivo por lo que te recomendamos regar cuando el tiempo sea seco, en especial si la planta ya tiene flores y vainas.
Plagas y enfermedades
Una vez más, nos enfrentamos con algunos pequeños enemigos que atentan contra nuestros cultivos al cultivar guisantes. Estos son:
  • Pulgón verde: es una plaga que afecta tanto a la planta como a las vainas, debilitándolas.
  • Polilla del guisante: es una mariposa oscura que pone sus huevos en las hojas del guisante en floración. Cuando crecen las orugas, penetran las vainas y se comen el interior de los granos.
  • Sitona: es un escarabajo que roe las hojas.
  • Oídio del guisante: se la reconoce porque las plantas se cubren con un polvo blanquecino y unos puntos de color pardo.
  • Antracnosis o rabia del guisante: es un hongo que afecta los tallos, foliolos y vainas de la planta. Cuando la planta está afectada aparecen unas manchas redondeadas de unos 5 mm. de diámetro de color amarillo con los bordes más oscuros.
  • Mosaico del guisante: se trata de un virus que provoca que las partes afectadas no se desarrollen con normalidad, endureciéndose. Se puede advertir porque aparecen unas zonas claras y oscuras, similares a un mosaico, en los foliolos.
La poda
Lo más importante al momento de la poda es eliminar las malas hierbas a menudo para que las plantas no pierdan robustez. ¿El momento perfecto para quitarlas? Cuando las plantas tengan de 10 a 15 cm. de altura. Además, la limpieza de la zona permitirá tener controlado a los roedores.
La cosecha
Llega el  día más esperado y es hora de ver los resultados. El momento óptimo para la colecta es antes de que las vainas se vuelvan demasiado fibrosas. Entonces hay que cortar las plantas siempre al nivel del suelo dejando que las raíces se descompongan para entonces dejar preparado el suelo para las cosechas siguientes, pues son estas raíces las que aportarán el nitrógeno necesario para tener un suelo idóneo para volver a cultivar.
Si quieres tener cosechas escalonadas puedes realizar siembras con un intervalo de una semana entre una y otra.
Cuidados imprescindibles
Nunca está de más prestar atención a algunos buenos consejos que te ayudarán a cultivar guisantes grandes y sabrosos:
– Durante la época de cosecha, siempre recolecta las vainas más bajas.
– Puedes aplicar abono con bajo contenido en nitrógeno antes de la siembra.
– En el caso de realizarse el cultivo en un jardín, se recomienda optar por las variedades de crecimiento bajo o las semipostradas.
– Por ser un cultivo que no requiere un suelo con mucha materia orgánica, se recomienda no estercolar.
– El mejor momento para la cosecha es cuando las vainas están llenas pero evitando que los granos se endurezcan.
Plántalo, riégalo, ponlo al Sol y vamos hablando!